IoB  – El Internet del Comportamiento (Internet of Behaviour)

Es una tendencia tecnológica que permite identificar los hábitos de vida y el comportamiento de los individuos, para ofrecerles soluciones segmentadas y personalizadas, que puedan llegar a influir en sus decisiones. Se refiere a cómo usar la información que puede gestionar una empresa u organización para cambiar los comportamientos de las personas. El IoB irá calando poco a poco más en las empresas y sociedad, impulsada también en parte por el avance de la tecnología 5G.

Hasta el momento nunca ha habido en la red tantos datos disponibles sobre las personas. Para las empresas, esto supone una gran oportunidad: la información de los clientes les permite optimizar sus estrategias comerciales. Aquí entra en acción el Internet of Behaviors o IoB.

La IoB se sirve de la combinación de diferentes tecnologías creadas para recopilar información de los usuarios – como la ubicación, el reconocimiento facial, la monitorización de la actividad física, las redes sociales o las compras realizadas- y su interrelación, con la intención de ofrecer una solución al usuario que determine, de alguna forma, su comportamiento.

Uno de sus principales propósitos es entender los patrones de comportamiento, las preferencias y gustos de las personas, para así influir en su conducta. Pero, además de una herramienta eficaz para aumentar ventas, los datos que se obtienen también tienen el objetivo de probar la efectividad de las campañas publicitarias, personalizar contenido y experiencias o ayudar a desarrollar otros programas.

Según Gartner, una consultora de investigación de las tecnologías de la información, se proyecta que para finales de 2025 el Internet del Comportamiento alcanzará a más de la mitad de la población mundial y se espera que en 2023 la IoB rastree digitalmente las actividades individuales del 40% de las personas.

¿Cómo se aplica principalmente?

Las herramientas del Internet of Behaviors son altamente potentes para los departamentos de marketing y ventas porque ofrecen información muy detallada y personalizada sobre los clientes. Por ejemplo, con los smartphones es muy sencillo rastrear movimientos o con los asistentes domésticos registrar las búsquedas y la voz del usuario. Esto permite que las empresas no solo creen una imagen del consumidor, sino que comprendan sus gustos, hábitos y, por supuesto, comportamientos.

Pero pueden emplearse en otros ámbitos.

Transporte de personas mediante un vehículo y su conductor, por ejemplo.  Gracias al IoT se rastrea a los conductores y ubicaciones y preferencias de los pasajeros. Al final de cada trayecto, se realiza una encuesta para evaluar la experiencia de los clientes. Pero con el IoB se puede recopilar dicha información sin la necesidad de contestar a la encuesta, ya que se puede rastrear el comportamiento del conductor y después interpretar la experiencia del pasajero. De esta manera, se trabaja automáticamente en la retroalimentación. En salud, por ejemplo, tenemos los teléfonos móviles inteligentes que realiza un seguimiento de los pacientes, recopilando información de su dieta, patrones de sueño, frecuencia cardíaca o niveles de azúcar en sangre, etc. Su objetivo es alertar de situaciones complicadas de la salud del usuario y sugerir modificaciones de comportamiento más saludables.

¿Cuáles son sus ventajas?

Además de la personalización y el intento de crear un buen servicio, los beneficios principales del Internet del Comportamiento son:

  • Estudiar los hábitos de compra de los clientes en todos los soportes disponibles.
  • Analizar datos para saber actitudes y comportamientos de los usuarios cuando interactúan con los dispositivos y productos, los cuales se pensaba que, hasta el momento, eran imposibles de recopilar.
  • Obtener información más específica que permite conocer en qué punto del proceso de compra se encuentra el cliente.
  • Proporcionar notificaciones en un punto de venta a tiempo real y target.
  • Capacidad de resolver problemas y cerrar ventas de una forma rápida y eficaz, sin afectar a los consumidores.

¿Y sus límites?

Un punto importante para tener en cuenta son las posibles implicaciones éticas y sociales derivadas de la recopilación, almacenamiento y uso de estos datos por parte de las empresas. Una cuestión que, además, comporta riesgos legales y de seguridad relacionados con el derecho a la privacidad de los usuarios. Una tecnología como esta, enfocada en el comportamiento del usuario, es una amenaza para muchos, aunque resulte un aumento de la eficacia del servicio, ya que la reciben como una intrusión en su privacidad.

El debate ético sobre cuánta información pueden obtener las empresas sobre sus clientes y cómo la usan, está servido. Así mismo para que los consumidores cedan a aprobar el uso de sus datos, es necesario que las empresas trabajen en políticas de privacidad y ciberseguridad que transmitan confianza y no violen los límites legales.